Balance… o algo

Esta es la época del año en que todo el mundo hace balance de su año… bueno, unos días más adelante, diría yo. Yo suelo hacer dos, así, como informales, en mi cabeza esta que està organizada como un calendario (si, mi cabeza esta organizada como un calendario, qué le vamos a hacer, cada uno tiene sus taras). El caso es que hago balance allá por agosto y allá por diciembre, aunque no siempre. Que lo de hacer balance también cansa.

Echando así un poco la vista atrás… buf, este año sí que habría que ir contando. No se me ocurre ni por dónde empezar, aunque tomar mes por mes iría bien:

  • Enero: no he vendido ningún viaje a Japón, qué penica, va a haber que abandonar la idea, aunque solo sea por el momento. He decidido que voy a ahorrar y en 2018 me tomo un año sabático. Y así decido que hacer con mi vida. Lo veo.
  • Febrero: ¡madre mía, que igual resulta que me puedo ir de la empresa con el plan de salida voluntaria! ¡Qué nervios! Me da por escribir este blog, o como quiera llamarlo. Me viene bien vaciar la cabeza, que tengo tantas cosas en ella ahora mismo que a veces creo que me va a explotar.
  • Marzo: veamos. Nos vamos a Londres a ver a Martita; cumpleaños de bebe gordito, como siempre, aunque ahora ya no es ni un bebé, ni gordito, y ha cumplido 6 añazos ya. Fiestón en Los Duendecillos por todo lo alto, hasta con caras pintadas y bolas y eso. A lo loco. Empiezo a hablar con Mathieu para hacer la formación Le Wagon. Y también empiezo “Fais le bilan calmement”. ¡Qué de cosas, madre!
  • Abril: pa Japón otra vez. La quinta. Esta vez con la Pili, y con Chiqui, y con David y con los maños, y los de Albacete, y los de Valencia, y los del grupo de japonés. ¡Y vi monetes bañándose, y ¡OMG!!! ¡Por fin, después de 5 viajes, vi a Fujisan en todo su esplendor! ¡Es taaaan bonito! Y comí sushi, claro. Todo el que pude. ¡Y qué panzada a hacer fotos, qué gustito!
  • Mayo: parece que sí, que me puedo ir de la empresa. ¡OMG otra vez! ¡Y en Julio!!! ¡Si no queda nada para Julio!! ¡OMG!!! Tengo que preparar el business plan del proyecto que me va a abrir la puerta al «out-of-Airbus-world«. ¡Que stress de vida por dios!!!
  • Junio: el día 2 unos señores que no me conocen de nada deciden si me dejan irme de la empresa. Justo el mismo día voy al Demo-day de Le Wagon y conozco a gente que será parte de mi día a día en unos meses. ¡Como mola! ¡Como me va a gustar!!! Una semana más tarde me comunican que me puedo ir de la empresa. Nos ponemos de acuerdo con mi jefe. Me voy en septiembre. ¡O-M-G!! Again.
  • Julio: ¡Qué stress, dios mío, qué stress!!! ¡No me queda nada!!! ¿Lo he dicho ya? ¡QUE STRESSS!!!
  • Agosto: LIBEREEEEE, DELIVREEE, JE NE MENTIRE PLUS JAMAIIIIIIISSSS o lo que es lo mismo LIBRE SOOOOYYY, LIBRE SOOOYYYYY, NO PUEDO OCULTARLO MAAAASSS. Y fiesta de despedida sorpresa en la oficina, donde terminé bailando sevillanas y todo. En la oficina. En Francia. Asin somos las de Valdepeñas, que nos tocan las palmas y oye, ¡lo que haga falta! Bueno, eso y que cambié las sevillanas por un discurso, que a mí eso se me da mal y lloro y eso, y queda feísmo hacer un discurso con el moco caído y los ojos como tomates.
  • Septiembre: VACACIONESSSS. Si, otra vez. Y que, a lo tonto, a lo tonto, que estoy en el paro, oye. Y FERIIIIAAAA. Si, si, y en el paro. Pero uf, ¡qué peso más tonto me he quitado de encima!
  • Octubre: vamos pa Londres, que como vamos a ser Business Owners y eso, hay que hablar con gente y tal y cual. Qué carisisimo es Londres, madre mía, esto nos va a costar una passssta. Y a lo tonto, a lo tonto, en el paro. Ah, y empezamos la formación en Le Wagon. Maaaaadre mia, ¡como estoy disfrutando! ¡A programarrrr!!
  • Noviembre: colegiala, colegiala, colegiala linda colegiala (así es como Jesús me responde al teléfono desde octubre. Todas y cada una de las veces). Mi vida se resume a: me levanto a las 6, cojo el autobús a Marsella, cole, muuuchas horas de programación, bus de vuelta. Cenar, dormir y hasta mañana. Menos los findes, que el sábado cuando despierto del coma onirico, toca compra y el domingo cocina para hacerme comida para el cole (colegiala, colegialaaa…), que por supuesto me llevo en el bento más super molón del mundo mundial que me regalaron para mi cumpleaños. Los viernes en el cole (…colegiala…) es SushiFriday. Que lo he instaurado yo, que para eso soy adicta al sushi (…linda colegialaaa) y los viernes se come sushi. ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! ¡Que se me había olvidado, con tantas cosas! Si es que está siendo un año muy intenso. ¡Que tengo un Olaf que se iluminaaaa!!! OMG! ¡Si es uno de los regalos que más ilusión me ha hecho!! Mi sobrino aun esta alucinando y ya está un poco harto de que le diga que tengo un Olaf, pero es que TENGO UN OLAAAAFFFF. Y es ¡taaaan monoooooo!!! ¡Héctor, que tengo un Olaf!!!
  • Diciembre: pues hasta el momento, mi vida se ha resumido en lo mismo de los últimos dos meses, solo que este viernes el curso se acaba (snif) y estamos currando aún más (y en el paro). Este viernes es el Demo day. Si alguien tiene ganas, estaremos en FB live, parece (Mi cole en FB)/(Evento Demo Day). Me pondré mona y eso para salir en la tele, o en el internet ese. Y despues, pues vacaciones otra vez (y en el paro).

Pues eso, que yo diría, así a bote pronto, que el balance malo, lo que se dice malo, no es. Yo diría que hasta muy bueno. Y aún no ha terminado el año Que aún puede venir Papa Noel y traerme un regalazo, ¿no? ¡Madre mía! ¡Madre mía!¡Madre mía!

¡Ah! ¡Y Feliz Navidad y fun, fun, fun y todo eso!

Llega la Navidad, con sabor de mazapán, de turrón de mieles y de paaaaaaaaazzzzzzzz.

Me voy a acostar ya si eso, que mañana me toca programar más cosas de programadores.

Y no tengo nada más que decir.

Balance… o algo

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